Los pequeños detalles (Final)

Se piensa a veces que la felicidad es como sacarse la lotería, un sucesomajestuoso que de la noche a la mañana cambiará una vida miserable por una llenade dicha. Esto es falso; en realidad la felicidad se basa en pequeñeces, en detalles que sazonan día a día nuestra existencia.

Nos dejamos engañar con demasiada facilidad por la aparente simpleza de los pequeños detalles, tan significativos para la otra persona. No desestimes jamás el poder de las cosas pequeñas: una flor, una carta, una llamada telefónica, una palmada en el hombro, una sonrisa a tiempo, una pregunta sobre la familia o sobre la salud, una palabra de aliento, un gesto pidiendo o dando perdón, unas cuantas líneas en una tarjeta postal enviada desde lejos. Todos estos detalles pueden parecer poca cosa, pero no pienses que son insignificantes.

En los momentos de mayor dicha o de mayor dolor se convierten en el cemento que une los ladrillos de esa construcción que llamamos relación y amistad. La flor se marchitará, las palabras quizá se las llevará el viento, pero el recuerdo de ambas permanecerá durante mucho tiempo en la mente y el corazón de quien las recibió.

¿A qué esperas entonces?

Escribe esa carta, haz esa visita, levanta el teléfono, estrena esa sonrisa, da esa palmada afectuosa en el hombro, pregunta por la familia, interésate por la salud, da esa palabra de ánimo y aliento, pide y otorga perdón... Hazlo ahora, mientras la oportunidad aún es tuya. No lo dejes para más tarde, por parecerte poca cosa. En las relaciones interpersonales no hay cosas pequeñas, únicamente existen las que se hicieron y las que se quedaron sin hacer, solo como buenas intenciones... Haz felices a los demás. Y tú también serás feliz.