martes, 31 de octubre de 2006

Sin duda sin deuda



En el año 1998 cuatro organizaciones católicas Cáritas, CONFER, Justicia y Paz, y Manos Unidas, promovieron la campaña “Deuda externa ¿deuda eterna? Año 2000: Libertad para mil millones de personas”, que movilizó a más de un millón de ciudadanos en España con ocasión del Jubileo 2000.

En el año 2000, los 189 estados que forman parte de la Asamblea de las Naciones Unidas se comprometieron con los Objetivos del Milenio, es decir, se comprometieron a que en el año 2015 en todos los países se cumplieran unas metas mínimas de educación, salud, equidad de la mujer, y sostenibilidad ambiental, así como a fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
Cinco años después de ese compromiso, cuando se han revisado los Objetivos del Milenio, hemos podido comprobar que más de 70 países empobrecidos y de renta media no pueden invertir lo preciso en las necesidades básicas de su población, porque destinan entre el 15% y el 40% de su presupuesto anual a pagar la deuda externa.

El último informe de la FAO nos da unas cifras estremecedoras: por ejemplo, que el hambre y la malnutrición matan a seis millones de niños al año. En este informe se señala que la comunidad internacional está lejos de conseguir los objetivos que se había marcado y los compromisos incluidos en los Objetivos del Milenio. Dicho de otra manera, el cumplimiento de las obligaciones del pago de la deuda constituye un grave obstáculo que impide alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Las cinco organizaciones promotoras de esta campaña, desde nuestra óptica cristiana, defienden que la Vida es antes que la deuda, y, por tanto, terminar con este problema es un acto de justicia.ç

Por eso, resulta lógico que nos sigamos preguntando por el origen de las deudas, sobre la utilidad de las medidas puestas en marcha hasta ahora para resolver el problema, o acerca de la ética existente en un proceso donde los acreedores son a la vez juez y parte.

Con la campaña SIN DUDA, SIN DEUDA, nos proponemos en primer lugar recordar a la sociedad española que el problema de la deuda externa es prioritario, no sólo para los países del Sur, sino también para los países del Norte, ya que la estructura sobre la que se basa el actual modelo de desarrollo es insostenible.Además, queremos que esta sociedad se anticipe a los políticos con su compromiso por la erradicación de la pobreza y exija con nosotros a la administración que:

* se condone en su totalidad la deuda que con el Estado español tienen contraída los países de Africa subsahariana y otros 15 Países Menos Adelantados.

* se renegocie la deuda de los países de América Latina hasta niveles que les permitan invertir lo necesario para lograr los Objetivos del Milenio.

Con esto habremos dado un paso muy importante, pero el problema de la deuda externa se seguirá reproduciendo en el futuro si no trabajamos para que se instauren nuevas reglas en el sistema financiero internacional. Por ello, también pedimos al Gobierno español y a los representantes españoles en la Unión Europea, en las Instituciones Financieras Internacionales y en las Naciones Unidas que apoyen un proceso dirigido a la creación de un organismo de arbitraje de la deuda externa justo y transparente, al que se sometan deudores y acreedores.
Sabemos que el momento es propicio, pues en nuestro Parlamento se tramita una Ley sobre deuda externa. Es, sin duda, una gran oportunidad para asumir las medidas antedichas y articular un tratamiento integral de este grave problema.

Podéis firmar en: www.sindudasindeuda.org

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