Oración para llevar en el bolsillo DIOS NO JUEGA AL ESCONDITE
Me parecía que Dios jugaba al escondite.Y es que durante mucho tiempo yo fui una persona que...
· Buscaba a Dios y Dios me eludía.
· Llamaba a Dios y Dios comunicaba.
· Escribía a Dios y Dios cambiaba continuamente de dirección.
· Dibujaba a Dios y Dios no se reconocía.
· Visitaba a Dios y Dios siempre estaba ocupado.
· Pedía perdón a Dios y Dios se tapaba los oídos.
· Invitaba a Dios y Dios rechazaba el convite.
· Abrazaba a Dios y Dios se escurría entre mis brazos.
· Lloraba a Dios y Dios desviaba su mirada.
· Amaba a Dios y Dios me ponía los cuernos.
Hasta que un día cambié de estrategia y...
· Busqué a mi hermano y Dios apareció en mi camino.
· Llamé a mi hermano y Dios respondió al instante.
· Escribí a mi hermano y Dios me envió una hermosa carta de amor.
· Dibujé a mi hermano y Dios me mostró su rostro.
· Visité a mi hermano y Dios me abrió la puerta.
· Pedí perdón a mi hermano y Dios desplegó toda su misericordia.
· Invité a mi hermano y Dios llegó con su traje de gala.
· Abracé a mi hermano y Dios me correspondió con tiernas caricias.
· Lloré a mi hermano y Dios me secó las lágrimas.
· Amé a mi hermano y Dios se enamoró perdidamente de mí...
José María Escudero
Me parecía que Dios jugaba al escondite.Y es que durante mucho tiempo yo fui una persona que...
· Buscaba a Dios y Dios me eludía.
· Llamaba a Dios y Dios comunicaba.
· Escribía a Dios y Dios cambiaba continuamente de dirección.
· Dibujaba a Dios y Dios no se reconocía.
· Visitaba a Dios y Dios siempre estaba ocupado.
· Pedía perdón a Dios y Dios se tapaba los oídos.
· Invitaba a Dios y Dios rechazaba el convite.
· Abrazaba a Dios y Dios se escurría entre mis brazos.
· Lloraba a Dios y Dios desviaba su mirada.
· Amaba a Dios y Dios me ponía los cuernos.
Hasta que un día cambié de estrategia y...
· Busqué a mi hermano y Dios apareció en mi camino.
· Llamé a mi hermano y Dios respondió al instante.
· Escribí a mi hermano y Dios me envió una hermosa carta de amor.
· Dibujé a mi hermano y Dios me mostró su rostro.
· Visité a mi hermano y Dios me abrió la puerta.
· Pedí perdón a mi hermano y Dios desplegó toda su misericordia.
· Invité a mi hermano y Dios llegó con su traje de gala.
· Abracé a mi hermano y Dios me correspondió con tiernas caricias.
· Lloré a mi hermano y Dios me secó las lágrimas.
· Amé a mi hermano y Dios se enamoró perdidamente de mí...
José María Escudero
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