Una de cada ocho mujeres muere durante el embarazo o el parto en Sierra Leona. Estas terribles cifras no son sólo estadísticas. Son historias de miles de mujeres como Yerie Marah, que falleció el día después de dar a luz con tan solo 22 años.
En Sierra Leona, miles de mujeres se desangran hasta morir tras dar a luz. La mayoría muere en sus casas. Otras fallecen de camino al hospital: en taxis, motos e incluso a pie. Menos de la mitad de los partos son atendidos por personal médico especializado y sólo uno de cada cinco ocurre en centros de salud.
Muchas mujeres ni siquiera buscan asistencia sanitaria por miedo a no poder pagarla. En un país donde el 70 por ciento de la población sobrevive con menos de un dólar al día, una cesárea puede costar de 60 a 350 dólares. Y todos los gastos, desde el material médico hasta la sangre para transfusiones, corren a cuenta de ellas.
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