Quizás no es capaz una de hacerse una idea de lo que son las cosas hasta que no las haces, por eso antes de enfrentarme a este reto mis sentimientos eran una mezcla de temor a lo desconocido, emoción, ganas y nervios por ir a un lugar de España hasta ahora desconocido para mi, además de un reto personal de superación ante unas, presumibles agotadoras caminatas, a las que, por supuesto, no estaba acostumbradas.
Por otro lado ir a Santiago y hacer, aunque fuera un poco, el camino, suponía una ilusión puesta en pedirle al Santo, por mi madre, enferma. (Gracias a Dios, y con la intercesión de Santiago, se encuentra mucho mejor)
Me sorprendió mucho el clima, que fue de lo mejor, cosa que no parece que sea lo normal, puesto que en la televisión siempre parece que llueve en Galicia, también y como consecuencia del clima más bien lluvioso de esas tierras me agradó ver tanto verde, tanta vegetación y tanta naturaleza.
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