En estas Navidades me llegó este cuento de Gloria Fuertes. Seguramente la recordáis los de mi edad ó mayores eh...
El camello se pinchó
con un cardo del camino
y el mecánico Melchor
con buen tino le dio vino.
Baltasar fue a repostar
más allá del quinto pino,
mientras nervioso Melchor
consultaba su "Longinos"'.
--“¡No llegamos, no llegamos,
y el "Santo Parto" ha venido!
son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido!”
El camello cojeando,
El camello cojeando,
más medio muerto que vivo,
va espeluchando su felpa
entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:-
“¡Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido!”.
A la entrada de Belén
al camello le dio hipo.
¡Ay qué tristeza tan grande
en su belfo y con su hipo!
Se iba cayendo la mirra
a lo largo del camino.
Baltasar lleva los cofres;
Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba,
--ya cantaban pajarillos--
a la puerta de Belén
el supremo rey estaba
Los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
--“No quiero oro ni incienso,
--“No quiero oro ni incienso,
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
le quiero”, repitió el Niño.
le quiero”, repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes
cabizbajos y afligidos,
mientras el camello echado
le hace cosquillas al Niño…
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