viernes, 15 de febrero de 2008

¿Cómo está tu corazón?




Un día un joven se presentó en la plaza central de un pueblo y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca. Una gran multitud de gente se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni manchas ni rasguños.
Sí, todos coincidieron en que aquél era el corazón mas hermoso que hubieran visto jamás.
Al verse admirado, el joven se sintió más orgulloso aún, y con mayor énfasis aseguró todavía poseer el corazón mas hermoso de todo el lugar.

De pronto, un anciano se acercó y dijo:--"¿Por qué dices eso? Mi corazón es mucho más hermoso que el tuyo..."
Todo el mundo se sorprendió al oír hablar así al buen anciano. Sorprendidos todos, miraron el corazón del viejo y vieron que, aunque latía vigorosamente, estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos de corazón y éstos habían sido reemplazados por otros que no encajaban bien, pues se veían bordes y aristas irregulares. Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos.
La gente se sobrecogió y pensó: "¿Cómo puede decir que su corazón es más hermoso?"
El joven contempló el corazón del anciano y, al ver su estado tan deteriorado, se echó a reír y con burla y sorna le dijo.--"Debes estar bromeando", dijo, "¡Comparar tu corazón con el mío ... el mío sí que es perfecto; en cambio el tuyo no es más que un conjunto de llagas y cicatrices ".
--"Es cierto", dijo el anciano, "tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me compararía contigo... Mira, te voy a explicar: cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos, a su vez, con gratitud, me han obsequiado con un trozo de su corazón, que he colocado en el hueco que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron marcados los bordes, por los cuales me alegro, porque me recuerdan el amor que hemos compartido. -- Hubo oportunidades en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció agradecidamente un poco del suyo a cambio. De ahí que quedaron en mi corazón huecos sin rellenar. Dar amor es arriesgado siempre, pero, a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando; y alimentan mi esperanza de que algún día regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón. -- ¿Comprendes ahora lo que es tener un corazón verdaderamente hermoso?"
El joven permaneció en silencio. Y, conmovido por la explicación del buen anciano, lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de propio hermoso y joven corazón y se lo ofreció generosamente.El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón; luego él, a su vez, arrancó un trozo del suyo, ya viejo y maltrecho, y con él tapó la herida abierta en el del joven. La pieza se amoldó bien, aunque no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes. El joven miró su corazón, que ahora ya no era tan lindo físicamente, pero que lucía mucho mas hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.
¿Y tu corazón... cómo es?

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