Asia: Un mundo diferente

He tenido la oportunidad en estas Navidades de acercarme a un mundo diferente: Asia.

Mentiría si digo que he profundizado en su conocimento pero si puedo decir que por lo menos me ha llamado mucho la atención lo que he visto.

Han sido dos países distintos y mi visita se ha limitado a lugares muy concretos pero en ambos han sido dos las caracaterísticas que me han impresinado: la amabilidad y el respeto por el otro. A ellas habría que añadir otras muchas pero pienso que están todas muy ligadas.

Desde que llegué al aeropuerto de Narita (Tokyo) vi sólo sonrisas en los rostros a los que me dirigía (policías, funionarios o empleados) todos intentaban mostrar a través de su rostro la cordialidad que les caracteriza. Sinceramente no creo que eso fuera un "cumplimiento" sino una convicción que no les cuesta poner en práctica.

Cordialidad en Japón y simpatía en Tailandia, la tierra de la eterna sonrisa o la tierra de la diversión... , la Tailandia profunda, la desconocida quedó por conocer, pero pude descubrir la de la superación paseando por las playas que fueron asolada por el Tsunami en la Navidad de hace unos años. Poco hacía recordar lo que por allí había pasado: el barco de policía adentrado tres kilómetros de la costa o las fotos de muchos de los turistas suecos fallecidos en esa ocasión pinchadas en palmeras eran los pocos recuerdos que quedaban. No sólo la vegetación se había recuperado sino que casi todas las construcciones habían sido rehabilitadas o reconstruidas.

Como un fantasma quedaba en medio de las palmeras una pequeña construcción con la inscripción pintada de la página web de los voluntarios que allí trabajaron en la ocasión.

También tuve la oportunidad de acercarme algo a la religión sintoista y a la budista. Pude comprobar como el pueblo asiático aún no ha perdido la espiritualidad que en los países de Occidente tanto nos molestan. Me preguntaba cuando veía rezar a la guía que nos acompañaba en la ruta de los templos, una camarerar que hablaba alemán perfectamete rezando cada vez que entrábamos en un templo si nuestros guías europeos también rezaban cuando enseñan la tradición religiosa de nuestro continente.

Desde luego Asia no está sólo alejada geográficamente de nosotros ... también espiritualmente me pareció encontrar a este continente muy alejado de nosotros.