domingo, 15 de febrero de 2009

Me resisto a callar


Había hecho votos para no ver la película "Camino" porque además de no ser seguidor de la cinematografía patria había recibido algún correo anunciándome lo tendenciosa que era la cinta. El caso fue que en clase algunos alumnos empezaron a hablarme de ella y me pidieron que la comentáramos en clase. Así que no me quedó mas remedio que visionarla. Al mismo tiempo me quise informar de la vida de Alexia, la niña en la que se supone que se basa la película.

Una vez vista la película y leído la información sobre la vida de la niña caí en la cuenta que el film era precisamente eso: sólo una película y como tal el directro tenía todo el derecho de realizar una película como le diera la gana pero eso no quita para que al poco tiempo de empezar la película ya tuviera la sensación de que era una cinta filmatográfica realizada con una "mala leche" increíble. Había escuchado a su director decir que esperaba que con el paso del tiempo se recordara como una película hecha con amor y cariño... Ciertamente me parece denigrante que pudiera hacer unas declaraciones como esas viendo el resultado de la misma.

Me pregunté como me habría sentido yo si en la película fuera mi madre a la que presentan como una fanática religiosa, a mi padre como un pelele manejable y el fallecimiento de mi hermana como un espectáculo de fin de curso aplaudido por los espectadores... alejándose totalmente de la realidad como cuentan familiares, amigos y conocidos de la familia. Ciertamente no hubiera tenido la serenidad del hermano de Alexia señalando que en esa habitación sólo había un silencio desgarrador de una familia que se tragaba sus lágrimas sino que me el diccionario de la lengua se habría quedado sin calificativo ante tamaña afrenta.

¿Puede un director manipular la vida de una familia porque quiere criticar una forma de vida o a la Iglesia o más concretamente a la "Obra"? A Ramón San Pedro por querer "morir con dignidad" lo presentan en "Mar adentro" como un héroe, a la familia González Barros "Camino" los presentan como imbéciles por aferrarse a la vida y por intentar superar el sufrimiento dándole un significado.

Si algo ha conseguido Javier Fesser conmigo es que desde ahora Alexia González-Barros sea santa de mi devoción y no por muchos Goyas que consiga la película va dejar de ser Alexia merecedora de un mayor galardón: "El Óscar de la vida, de la fe y de la esperanza".

La vida de Alexia si la recordaré con amor Javier y no tu película.

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